viernes, 25 de marzo de 2011

A las 17 horas empiezo a estudiar (y 3)


Marga es una estudiante de la clase de Willy. El año pasado era la mejor de la clase. Pero este año ha venido  gente nueva que apunta alto. Siempre ha tomado buenos apuntes  y acostumbra a preparar un poco la clase del día siguiente. Le gustan casi todas las materias, pero aún no sabe que quiere hacer cuando acabe el bachillerato. Eso sí, acabarlo lo acabará e irá a la universidad. A Marga le encanta leer, pero no se lo dice a nadie, no vaya a ser que la tomen por un bicho raro. Es bastante tímida y este año le gusta especialmente la clase de matemáticas. No por nada especial, tan solo porque en ocasiones su profe, que es muy observador,  le pregunta: “¿Qué es lo mejor que te ha pasado hoy?” y eso la hace sentirse bien. Ahora está un poco agobiada y tiene miedo de no sacar notas tan buenas como en la ESO. Su hermana Natalia estudia derecho y es muy brillante. Marga siempre se compara con ella y no quiere decepcionar a nadie en casa. Ha decidido dedicar todos los días entre dos y tres horas a estudiar y hacer las actividades. Pero no sabe si tendrá suficiente. Cree que si lo hace así podrá salir el finde con sus amigas y tener la conciencia tranquila.

Ella cree que sabe estudiar, o eso dice. Vamos a ver como lo hace.

Marga:   Entra en una habitación que hay en casa donde sólo va a  estudiar . Sus padres la montaron para Natalia  cuando esta empezó la carrera, pero Natalia se va a la biblioteca  pública todas las tardes, y por ello, no la utiliza. Marga está encantada porque allí se puede centrar en lo que hace. Allí mismo tiene toda un colección de libros y manuales que sus padres han ido atesorando con los años. Ha decidido tener  el material necesario encima de la mesa de estudio. Bolis, lápiz, goma, rotuladores, regla, libreta para hacer ejercicios en sucio, calculadora… El móvil está en silencio y en su habitación. El portátil está en standby. Para hacer las actividades sencillas Marga pone música, pero no cualquier música, algo tranquilo, nada de discoteca ni similares. Para estudiar la para. Le da rabia, pero cree que así aprovecha más el tiempo. Cuando no está sola en casa y  para evitar distracciones, se coloca unos tapones en los oídos que Natalia le ha recomendado.

Su primer pensamiento ha sido: “Voy a ver si me salen las fracciones algebraicas que ha hecho el profe hoy en clase. Después voy a seguir con los deberes para mañana. Me gustaría salir a la pizarra, le pediré al profe que me deje. Seguro que si me esfuerzo me pueden salir bien”

A las 17 horas ha empezado a estudiar, si todo va bien sobre las 19 horas debería finalizar. Conociéndola no parará hasta que le salga todo como ella quiere. O por lo menos lo intentará. Que no es poco...



Hasta aquí llega el relato. Una vez estais todos situados deberíais hacer una lluvia de ideas sobre lo que está ocurriendo. Analizar las estrategias de cada uno, y ver cual es la más interesante. Perdón, quería decir la más adecuada a las necesidades de un estudiante.

Os animo a que lanceis vuestras opiniones y así podamos crear un buen debate.

Sed felices

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