Segunda entrada sobre Roma. Como buena capital, una ciudad de contrastes. Andaba un servidor por la "Via Nazionale" en dirección al foro romano cuando me encontré con una farola romana que llamaba mi atención no dejándome pasar por la acera. La situación era esta:
Inmediatamente empecé a especular con los por qués. Me preguntaba por qué esa farola se había precipitado al vacío. No había impacto de ningún vehículo. Durante unos instantes fabulé con el clásico borracho abrazafarolas, pero desistí pues no había indicios de forcejeo humano. ¿Se trató de un suicidio debido a un desamor? Aquella farola quería decirnos algo, ¿pero qué?
No pude averiguarlo. Me acerqué y le prometí solemnemente que daría aquí cuenta de su belleza lánguida. Tan derrotada, tan decadente, y a la vez tan elegante, tan italiana.
Estando en ello reparé en que junto a la farola a unos cinco metros había un coche de la policia urbana de Roma con dos agentes dentro. Como indagador de la realidad farolera quise preguntar. Pero desistí pues ya les había sacado varias fotos y no me habían dicho nada. Con la policía nunca se sabe. Pudieron haberme obligado a eliminar las fotos por retratar su vehículo, matrícula incluída, o a ellos.
Curiosa ciudad, que quiere y protege tanto a sus farolas que antes de enviar a una brigada de mantenimiento para ayudarla a incorporarse envía una patrulla de la policía para escoltarla. Quizá era una farola descendiente directa de las luces de la antigua república romana.
Maravillosa, y a mis ojos, curiosa ciudad es Roma, ya lo creo.
Se admiten razones por las que la farola se precipitó y fue escoltada... Por favor sed creativos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario