Pasó a Mongolia. Allí le enseñaron a montar. A montar con
ese amor que los mongoles tienen por sus caballos y que se pierde en la noche
de los tiempos. Vivió en tiendas de
campaña, acompañando al ganado, buscando pastos, viviendo al día, pero seguía
sin encontrar lo que tanto anhelaba.
De allí viajó a caballo a Rusia, donde perdió un dedo del
pie derecho debido al rigor del invierno en la tundra siberiana. Después de
jurar que no volvería a pasar tanto frío en su vida, se habla de 50º bajo cero,
pasó a Polonia. A los pocos meses se trasladó con un comerciante polaco a la
actual Hungría, ya que en Rusia le
juraron que las mujeres más bellas del mundo son magiares. Una vez allí, pudo contemplar que los rusos
no juran en vano y que en efecto, las
mujeres magiares son bellísimas y sobre todo muy cultas. Le aseguraron que para
poder ser merecedor de una de ellas debía cruzar el Danubio a nado.
John no sabía nadar. En su país no había tenido la necesidad
de aprender. Pero este hecho no le amedrentó. Solicitó la ayuda de un húngaro y
en un año consiguió atravesar el rio dos veces.
Incomprensiblemente, y cuando estaba a punto de contraer nupcias con una
bellísima magiar, decidió que allí no encontraría “Lo más importante y especial
del universo”. Deshizo su compromiso, no sin antes compensar económicamente a
toda la familia y desapareció para no volver. Desde entonces en Hungría se
afirma que en las noches de viento del norte los hombres pueden desaparecer sin
un motivo aparente.
Como era un hombre culto decidió no entrar en "la vieja Europa", pues
todo lo que se podía saber del viejo continente él ya lo había leído y sentía
curiosidad por investigar en lugares más recónditos.
Tomó un barco y haciendo cabotaje se plantó en el cabo de
Buena Esperanza. Allí desembarcó y llegó a Sudáfrica donde trabajó en las minas
de diamantes. Despreció ese tipo de
vida. Decía que por piedras la gente se mataba. Qué no había visto nada más
estúpido.
Posteriormente se trasladó a Kenia donde contrajo nupcias
con una mujer masai llamada “Mara”. Durante una temporada, no está claro su
duración, fue feliz viviendo en armonía con el ganado. Siempre decía que “Mara”era alguien realmente
especial. Ella le enseñó la lengua "maa" y le acompañaba siempre que necesitaban
beber sangre del ganado, ya que John era muy reticente a hacerlo. Entendió que
los seres vivos viven en armonía, en equilibrio y que nadie tiene derecho a
alterar el ecosistema.
Desafortunadamente enviudó tras un ataque de un felino a su
esposa, lo cual le provocó una profunda frustración e ira. John mató al animal
de forma despiadada, pero no consiguió encontrar consuelo en muchos años. Tanto
fue así que decidió que el África negra no era su lugar. Pasó al Sáhara donde convivió con los tuareg.
Recorrió el desierto en varias caravanas y se obstinó en encontrar aquello que
él denominaba “Lo más importante y especial del universo”. Pero los tuareg no
sentían esa necesidad, eran nómadas con un fuerte sentido tribal, un pueblo
orgulloso y tenían claro qué era “Lo más importante y especial del universo”.
Le hablaron de ello pero John no quedó convencido. Debía cambiar de aires sin pensarlo
demasiado. En el desierto se sentía uno más, allí había paz, pero no era su
ambiente. Definitivamente debía cambiar de aires. Se sentó y esperó a que el
viento le llamara de nuevo...
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