En twitter todavía colea una auténtica avalancha de mensajes de incredulidad e indignación. Ni que decir tiene que todos los profesores nos sentimos ninguneados y maltratados. Tras leer algunos artículos de opinión en prensa, y diferentes comentarios en blogs tengo que decir que la Sra Aguirre ha conseguido ponernos a los profes a los pies de los caballos. Y, por desgracia, ahora que va a empezar el curso, da igual que intente rectificar, el daño ya está hecho.
La suerte que tengo es que vivo en Catalunya. Donde a los profesores se nos desconsidera también, pero de forma menos brusca. (Este año me han aumentado las horas lectivas de 18 a 19. Y preveo que el año que viene va a ser de 19 a 20). ¿O no consellera Rigau?
Siendo así, me he permitido imaginar como sería mi vida de profesor si viviera en Madrid, donde siempre según Esperanza Aguirre, realmente trabajaría 18 o 20 horas a la semana. Es decir si solo diera clase.
Como la señora Aguirre fabula, pues un servidor también va a hacerlo. Que quede claro que todo esto está escrito en "Ironic mode ON". Rozaremos el esperpento.
Si se me permite paso a enumerar:
1.- Al trabajar 5 días a la semana tengo 4 horas al día para trabajar. Ummm, eso es demasiado esfuerzo. Pensándolo mejor hablo con mi jefe de estudios y que me ponga una jornada de 8 horas durante 2 días (la mayoría de la gente la tiene así, ¿no?) y otro día con 4 horas. Si no me he equivocado eso suma 20 horas. De esta manera me quedan 2 días libres para hacer lo que más me gusta y que en un profe es algo bastante común. Ya sabeis...Vacaciones.
2.- Como en casa no trabajo ni un minuto no he preparado ni una sola clase. Así que cuando entro en clase o improviso o me pongo a prepararla. Le digo al delegado de clase que pase lista por mi y que ponga las faltas pertinentes. Aunque haciéndolo así los chicos están ociosos y eso no es correcto. Aconsejo que hablen un poquito y así mejoran su competencia lingüística. Solucionado.
3.- Como sólo doy clase y punto estoy liberado de ir a reuniones de coordinación de ciclo, con lo que no me entero de qué salidas pedagógicas se están preparando. ¿ Salidas pedagógicas, excursiones? ¿Eso qué es? Si yo solo doy clase. Nada, nada, de casa al instituto y del instituto a casa. Así da gusto. Como cuando trabajaba en la oficina del banco antes de ser profesor.
5.- Mi inspector me recuerda que de eso nada, que para eso están las programaciones de aula y que hay que tenerlas actualizadas, pues tienen que ser flexibles en función de cada curso. Le contesto a mi inspector, siempre desde el afecto, que como sólo doy clase no tengo previsto hacer una programación, ni modificarla durante el curso en función de como se desarrollan los acontecimientos. Que me la den hecha, porque yo no la voy a hacer. Sencillamente no tengo tiempo para ello.
6.- Entre clase y clase me paso por la sala de profes. El conserje, que es muy atento, me ha dejado una nota de unos padres preocupados por el rendimiento de su hijo. Me solicitan una entrevista personal urgente. Como sólo doy clase ni me molesto en devolverles la llamada. ¿Para qué? Si no se contempla la posibilidad de que podamos vernos en mi horario de trabajo. Lo siento por ellos, pero creo que deberían hablar con otra persona. Voy al conserge y le digo que como él tiene el teléfono al lado que se siente y espere y que cuando le vuelvan a llamar les diga de mi parte que "tal vez la señora Aguirre, o alguien de su meritorio equipo les podría atender, ya que seguro que ellos trabajan más horas que yo".
7.- Mi director me comenta informalmente en un pasillo que me ha enviado un mail con la convocatoria de un claustro ordinario para tratar varios temas. Le digo que me de la hoja en mano, que yo en mi casa no tengo ordenador. Bueno, sí que lo tenía, pero que lo he vendido ya que como ya no trabajo en casa no lo utilizo. Para navegar me basta con el móvil y este no lo pienso utilizar para el trabajo, pues sólo lo uso en mi tiempo de ocio. (En los institutos los móviles están prohibidos en clase).
8.- Una alumna motivada me dice a la hora del patio que le gustaría hablar conmigo sobre su futuro. Tiene confianza conmigo y cree que puedo ayudarla orientándola un poco sobre sus futuros estudios universitarios y salidas profesionales. Le digo que siento no poder ayudarla, que a la hora del patio, como no doy clase me dedico a tomar café con los colegas. Pero que conozco un amigo que tiene una empresa de asesoramiento a ejecutivos y que por un módico precio puede ayudarla. Lástima, si hubiese tenido una hora de tutoría individual ya estaríamos planificando cosas y sería un trabajo delicado, difícil por lo que supone, pero apasionante.
9.- Acaba de sonar el timbre que anuncia el fin de la última hora de clase de la mañana. Un alumno se acerca a la mesa para consultarme una duda. Le contesto que tendrá que esperar a la siguiente clase. Ante su insistencia le indico que lo mejor que puede hacer es buscar un profesor particular, pues yo una vez finaliza el timbre ya no soy profesor. Una lástima, antes lo hacía y me encantaba hacerlo, pero el horario es el horario y fuera de él no aclaro dudas.
10.- Mi mujer, me ha regalado un libro sobre la didáctica de las matemáticas. Sabe que me gusta investigar en como mejorar mi práctica docente día a día y que le dedico tiempo. La verdad, se lo agradezo mucho, pero como es un tema de trabajo, tendré que leerlo en clase. Ummm, lo leeré un día que los alumnos estén haciendo un examen.
11.- ¿Examenes? No tengo tiempo para prepararlos. No importa, los prepararé en clase, a ratitos, mientras los chicos hacen algun ejercicio del libro.
12.- Hace 15 días que hicieron los chicos un examen. Todavía no lo he corregido, pero no protestan, saben que sólo trabajo 20 horas a la semana y los voy corrigiendo también a ratos. O mejor aún, lo corrijo en la pizarra y que ellos mismos se pongan la nota. Sé que no me defraudaran.
13.- Mi inspector está muy contento, últimamente mi número de aprobados ha aumentado de forma considerable. Me pregunto si será debido al punto anterior. No lo creo. Lo que pasa es que cada vez soy mejor profesor y tengo un alumnado motivado y preparado.
14.- Antes yo preparaba materiales para clase, ahora no, ahora tiro de libro y punto. En la editorial están muy contentos, las ventas de libros han aumentado considerablemente este curso. ¿Será porque ahora todos los profesores utilizamos libros y no creamos más materiales? Quizá sí, nunca lo sabremos. Me basta con saber que en la editorial están satisfechos. Si los padres se gastan más dinero en libros no debería inquietarme. Eso no es asunto mío, yo sólo soy profesor.
15.- Hay un alumno en clase que antes sacaba excelente en mi materia. Ahora me deja los exámenes en blanco y siempre está como abstraído. Parece en ocasiones triste. Es una pena, pero no voy a poder enterarme de lo que le sucede puesto que no tengo una reunión de equipo docente donde pueda comentarlo con los otros compañeros que le dan clase. Y tampoco tengo tiempo para reunirme con él. Espero que no sea nada y se le pase de aquí a final de curso.
16.- De entregar notas de evaluación y ya no digamos de fin de curso ya no hablamos, sería demasiado laborioso.
Lástima que viva en Catalunya...donde los profes trabajamos 37,5 horas a la semana de las cuales 19 son lectivas.
(Ironic Mode OFF)
Alguien debería decirle a la Sra Aguirre, siempre desde el respeto que con la educación no se juega. La educación pública es un asunto de todos, puesto que la pagamos todos.
El futuro de nuestro país depende de ello. Los adolescentes de hoy son los ciudadanos de mañana.
¿Y a vosotros que os parece?
comentaría tu texto encantado, que así por encima parece interesante, pero no tengo tiempo para hacerlo, porque estoy en una de mis 20h semanales de clase y en este rato tengo que hacerlo todo y no doy abasto. Una pena
ResponderEliminar¡Estupendo artículo!
ResponderEliminarDifundo.
Por desgracia en mis 20h sólo me da para decir que está muy bien, no más
ResponderEliminarEfectivamente. Es una pena que no tengais más tiempo para hacer un comentario más extenso. En cualquier caso, teniendo en cuenta lo justos que vais...
ResponderEliminarAhora en serio, me alegro de que os hayais pasado por aqui, sed bienvenidos y nos vamos leyendo :)
Muy bueno, muy bueno.
ResponderEliminarYo tengo también alguna medida que proponer a Aguirre para mejorar las arcas del país. ¿Qué tal si en todas las empresas les bajasen un 10% el sueldo a los directivos, ingenieros, economistas, etc... (que también son licenciados como nosotros) y esta rebaja la devolvieran las empresas al estado en forma de impuesto? lo digo porque muchos contemplan con satisfacción los recortes a que nos someten, pero no se dan cuenta que sería lo mismo hacer esto con sus sueldos.
Un saludo.
Conserje*
ResponderEliminarToro Sentado: Esos ejecutivos... están muy ocupados viendo como enjugar las pérdidas de sus empresas. Normalmente suelen arreglar sus desaguisados a costa de los pobres subordinados. Y si les hablas de bajarles el sueldo aún te dirán que trabajan mucho y cobran poco, al reves que nosotros los funcionarios que "trabajamos poco y cobramos mucho" . Gracias por pasarte ;)
ResponderEliminarAnónimo: Muchas gracias por pasarte y sobre todo por apuntarme el gazapo. Subsanado queda.
Fernando, ¡has conseguido casi que me ría a carcajadas!
ResponderEliminarMe ha gustado mucho, mucho. ¡qué triste sería un mundo así! Juegan con la seguridad de que nos gusta nuestro trabajo.
Vi tu comentario en mi post... ¡gracias! yo voy a difundir el tuyo ahora mismo también.
Te invito a leer el que escribí esta tarde titulado "¡Nosotros NO fabricamos magdalenas!" (quizá lo hiciste ya)... http://laclasedelaurablog.blogspot.com/
Un abrazo, unidos no podrán con nosotros, tenemos la razón.
Laura,
ResponderEliminarestoy de acuerdo contigo, unidos hacemos una gran fuerza.
Me pasé y la entrada de las magdalenas se me antoja sublime.
un abrazo y gracias por pasarte. :)